La danza es mucho más que arte. Es la forma en que conectamos cuerpo y mente. Una actividad social que nos permite liberar emociones y mantenernos sanos.
Bailar implica diferentes funciones cerebrales: Kinestésica, racional, musical y emocional aumentando las conexiones neuronales necesarias para cada área. Diversos estudios han demostrado que la danza refuerza las conexiones del hipocampo, región asociada a la memoria, el equilibrio y el aprendizaje. Este refuerzo retarda los efectos del envejecimiento como la demencia y la pérdida de concentración.
La danza, además, aumenta la flexibilidad, mejora el tono muscular, corrige posturas defectuosas y mejora el equilibrio y la coordinación.
Kathrin Rehfeld, autor del estudio “
Dancing or fitness sport? The effects of two training programs on hippocampal plasticity and balance abilities in healthy seniors
” (Frontiers in Human Neuroscience, 2017),dice:
“El ejercicio tiene el efecto beneficioso de ralentizar o incluso contrarrestar la disminución de la capacidad mental y física relacionada con la edad. En este estudio, mostramos que dos tipos diferentes de ejercicio físico (baile y entrenamiento de resistencia) aumentan el área del cerebro que disminuye con la edad. En comparación, fue solo el baile lo que condujo a cambios de comportamiento notables en términos de mejora del equilibrio.”
Además, mientras bailamos se liberan diferentes neurotransmisores (dopamina, endorfinas) y hormonas (oxitocina) que producen sensación de bienestar y empatía.
Sin embargo, la danza trasciende el plano puramente físico. Nos enseña a escuchar el cuerpo y darle el lugar que merece en nuestro pensamiento.
Y es que, cuando lo cuidamos, cuando aprendemos a escucharlo vemos que siempre puede llegar más lejos de lo que imaginábamos, que nos sigue en los retos que nos proponemos y que nos agradece la atención dedicada proporcionándonos energía y un buen ánimo para afrontar la vida.
El envejecimiento, entonces, van más allá de lo biológico; empieza con todo lo que creemos que no podemos hacer.
Es a través de la danza, que aprendemos a romper límites y construir una actitud de vida jovial, un estilo que nos aporta:
- Curiosidad; por aprender, por descubrir nuevos movimientos, por conocer nuevas personas…
- Confianza; en nuestras capacidades, en nuestras habilidades y en el grupo con quienes compartimos la danza…
- Aceptación; de cada proceso de aprendizaje, de nuestros cambios anímicos y físicos…
- Superación; para mejorarnos, para llegar más lejos, para afrontar las dificultades como retos
Siempre es buen momento para disfrutar; que la música te guíe y que tus pasos te mantengan firme.
Artículo escrito por Bely Gandhara
Proffesional bollywood dancer and choreographer