La vuelta de verano no es fácil, tal y como vimos en el artículo anterior. Volver al ajuste de las horas, a las entregas, a los quehaceres diarios, nos pone en modo automático, generando una especie de descontrol acompañado con la frase: “qué rara me siento”; “estoy desesperada porque no llego a nada”,… Esta desconcentración, el dejarnos llevar y no pensar en qué buscamos, qué queremos, hace que no logremos conectar con nosotras mismas. 

¿Qué significa conectar conmigo?

Conectar conmigo significa conocerme. Conocer mi historia, conocer mis emociones, cómo me afectan las cosas, cómo las sintetizó. Significa saber qué es lo que quiero hacer, qué es lo que me motiva. Ser consciente de lo que soy capaz de hacer y qué soy capaz de alcanzar. Conectar conmigo tiene que ver también con conocer qué es lo que quiero, cómo me veo, escuchar qué quiero cambiar, con qué no estoy conforme.

Cuando no conseguimos un equilibrio, tendemos a sentirnos irascibles, perdidas. Posiblemente estemos ansiosas y no sepamos el origen, llegando hasta a sentirnos superadas y sin saber por qué. ¿Qué podemos hacer?

¡Priorizarnos! Vamos a sacar tiempo para poder re-conectar con nosotras. 

  • Busca tu sitio y tu momento: Intenta buscar un momento en el que puedas conectar contigo sabiendo que no habrá ninguna interrupción. Una opción podría ser madrugar unos 15 minutos antes y aprovecharlos en ti.
  • Respiración: siempre que quieras hablar contigo, concentrarte en la respiración. Nos va a ayudar a conectar con el presente, con el aquí y  el ahora.
  • Utiliza los pequeños momentos: hay momentos cotidianos que disfrutamos, como por ejemplo correr o tomar un café. Presta atención a esos momentos con detenimiento, en cómo conecta con tu cuerpo cada vez que haces una sentadilla o cómo huele el café. ¡Disfrútalo!
  • Desconecta para conectar: el teléfono móvil o la televisión no ayuda a mirar hacia dentro, todo lo contrario, nos desconecta y nos impide escucharnos.
  • Metas: ¿has tenido esa reunión contigo? Hablar contigo sobre cuáles crees que pueden ser tus objetivos, dónde te ves de aquí a 5 o 10 años… Ayuda a conocer qué es lo que quieres para ti, a qué aspiras.

Recuerda que no consiste en que estos ejercicios deberían llevar una ejercitación diaria, no basta con hacerlo en el día que más ansiosa te encuentres. Queremos conseguir que esa nube de malestar, de incertidumbre e incomprensión, se desvanezca poco a poco.

«He dejado de hacer preguntas a las estrellas y libros; he empezado a escuchar las enseñanzas que me susurra mi sangre» (Hermann Hesse)

Artículo escrito por Mabel Ballesteros / psicóloga Alimentacion3S