Alimentación saludable para un buen cóctel hormonal 

Cuántas veces habremos escuchado algo parecido a “estoy con las hormonas revolucionadas”, “esto debe ser por las hormonas”… Pero, ¿sabemos realmente qué son las hormonas?

Las hormonas son sustancias que segregan determinadas células especializadas del organismo, y en mayor medida las que se localizan en las glándulas endocrinas. Podemos imaginarnos las hormonas como mensajeros químicos del cuerpo que circulan por la sangre, es decir, el cerebro utiliza las hormonas como señales que envía a los distintos órganos y tejidos para que funcionen y se desarrollen correctamente. Por este motivo, un correcto equilibrio hormonal es importante para un correcto funcionamiento y desarrollo del cuerpo.

Las hormonas están relacionadas con la reproducción, el estado de ánimo, el nivel de descanso, la función sexual, el metabolismo energético, el crecimiento, el hambre y la saciedad… Son sustancias muy potentes y, a pesar de que tienen un efecto lento, se necesita una cantidad muy pequeña para provocar cambios grandes en el organismo.

Un estilo de vida saludable con una alimentación basada en alimentos de calidad, actividad física de forma rutinaria, descanso suficiente y adecuada gestión emocional; tiene una inmensa influencia en el bienestar físico y mental actual y en la salud a largo plazo.

En definitiva, las hormonas están relacionadas con el correcto funcionamiento del organismo y, por lo tanto, lo están también con la alimentación. Y, ahora bien, ¿cómo podemos cuidar de nuestra salud hormonal y que nuestro organismo funcione de manera óptima con la alimentación?

  • La base de la alimentación debe estar compuesta por verduras, hortalizas y frutas. Haz un repaso de tu menú de ayer, ¿cuántas frutas y verduras ingeriste? Si la respuesta es “5 o más”, cumples con una pauta estupenda para que tus hormonas estén en buen equilibrio. La variedad y color en la elección de estos alimentos también es importante, ya que esto hace que aportemos vitaminas y minerales diferentes a nuestro organismo.
  • Incluir grasas saludables y proteínas de alto valor biológico en la alimentación, ya que las hormonas tienen naturaleza lipídica (grasa) y proteica y necesitan de estos nutrientes para su formación.
  • Consumir los hidratos de carbono en porciones controladas. Esto no quiere decir que haya que eliminarlos de la alimentación, se deben consumir en cantidades adecuadas. Si el grueso de la alimentación son los hidratos de carbono, el cuerpo está en un estado metabólico constante de hiperglucemia (glucosa elevada en sangre) e hiperinsulinemia (insulina elevada en sangre), en el cual todos los ejes hormonales funcionan de forma ineficaz causando una desregulación hormonal. Este nutriente no tiene que ser la base de nuestros platos, más bien es un acompañamiento y, si los consumimos integrales mucho mejor porque aumentaremos la cantidad de fibra y la sensación de saciedad.
  • Tener una hidratación correcta. La fuente de hidratación más importante del organismo se produce por la alimentación, siendo solo una mínima parte del metabolismo interno. El mecanismo por el que el cuerpo controla la ingesta de líquidos es la sensación de sed, controlada por el cerebro mediante una hormona denominada ADH o antidiurética.
  • Evitar el consumo de azúcar, grasas no saludables, sal en exceso y harinas refinadas. Todos estos ingredientes son muy habituales en los comúnmente llamados “ultraprocesados”. Estos alimentos deben ser de consumo ocasional, basando nuestros menús diarios en alimentos sin etiquetas: frutas, verduras, pescados, carnes, huevos, legumbres, frutos secos, semillas…

Además de una alimentación saludable y nutritiva, no podemos olvidarnos del ejercicio físico, un descanso de calidad y una correcta regulación emocional para tener nuestro cóctel hormonal en perfectas condiciones.

Artículo escrito por Mireia Elías Fernández Dietista-Nutricionista de Alimentacion3S