La sensación de llevar peso sobre nuestros hombros la tenemos o la hemos tenido todos en alguna ocasión, tal vez esta mochila que hoy es una realidad, es la misma que llevaba una niña inquieta de 7 años persiguiendo al trote a su hermana para ir al Colegio en las calles de As Pontes, tal vez esta mochila es la misma que aquellas atletas coruñesas de los años 90 defendieron en la ya desaparecida pista de atletismo de Riazor ,en donde muchas construimos sueños y perdimos oportunidades, tal vez esta mochila es la misma que forjó el carácter inconformista de personas ligadas al atletismo desde hace más de 25 años, el carácter de personas que siempre han querido aportar al deporte de una u otra forma, en una etapa o en otra pero al fin y al cabo siempre dando tiempo, trabajo y sobre todo pasión por el atletismo.

Esta Mochila ha viajado por muchas etapas de nuestro deporte y de nuestras protagonistas, ha aprendido, ha crecido y siempre ha sabido adaptarse, asumir su papel, ganando o perdiendo pero siempre llenando las temporadas de experiencias, de retos nuevos, de marcas, tiempos y kilómetros en sus piernas y en las de otros.

En el año 2014 la Mochila con una simple decisión, un día, una hora y un lugar, inició el paso más importante que ha dado, el que hace que avances o no, el de la determinación de creer en algo, el 14 de enero a las 20.00 en la Playa de Oza.

El 2014 es el año de La Mochila del Deporte por un motivo esencial, las personas que están detrás de este “ proyecto” no solo creyeron en él sino que apostaron, y lo que puede parecer sencillo no lo es, porque lo convencional distaba mucho de lo que querían, porque no es solo tiempo, no es solo pasión o dedicación a tu deporte, es decirse a uno mismo, esto sí porque es lo que quiero y lo que creo y todo lo que es mucho más sencillo lo dejamos a un lado, lo correcto y lo que profesionalmente puede ser más seguro. Un título universitario que se queda en un cajón, un tiempo que decides regalar para darte una oportunidad a ti y a otra gente, algo que  muchos en este deporte llevábamos años haciendo, horas de estudio y de trabajo, pero con una idea en la que creer y sobretodo con una actitud que defender.

Aquel 14 de enero y durante todo ese año 2014 la misma Mochila fue llevaba en los hombros de muchas mujeres, la mayoría con muy poca vinculación con el mundo del deporte, con decisión y ganas por calzarse unas zapatillas, aquellas que muchas incluso tuvieron que comprar, con muchas dudas por ser sus primeros kilómetros, inseguridades en cuanto a su propia capacidad física.

Con el tiempo te das cuenta de que eso es común a todas ellas pero hay otra cosa que las une y que aun siendo tan diferentes las hace muy iguales, son mujeres valientes,  dónde está la valentía de correr un poco, está en dar el paso por hacer algo que saben que les hará sentirse mejor física y emocionalmente, está en el reto y la disciplina que supone, está en animar a la que no puede, está en reírse un rato porque el cronómetro no es su objetivo, está en que creyeron en esa mochila que todas llevamos.

Un puzle con 21 piezas que durante los meses siguientes fueron sumando, no solo kilómetros sino partes de cada una, a las 20.00 en Oza cada martes se hacían esfuerzos por lograr llegar a esa cita, esfuerzos en la vida personal y profesional de cada una de ellas, lo cual parecía increíble en gente con pocas horas de sudor y de carreras, pero era esa Mochila la que les hacía cerrar la agenda, cancelar un café, dejar un trabajo a medías, la familia en casa…

Mujeres tan diferentes en su forma de ser, en sus vidas, en su forma de hablar, en sus voces, sus trabajos y sobretodo sus realidades, tan diferentes que se hablaba entre kilómetro y kilómetro de lo más intranscendente, de lo más importante, de una enfermedad, de una situación personal, de un temor, de una risa o de una lágrima, todo entre zancadas, ejercicios, frío y lluvia.

Las mochilas normalmente se llevan para ir a una competición deportiva o para ir a un entrenamiento, ellas se pusieron la Mochila para ir a enfrentarse con el día a día, con las realidades más duras y con las experiencias más especiales, para compartir y dar su paso hacia delante.

Hubo tiempo para mucho en aquel 2014, hubo sobretodo generosidad por parte de todas, era tan sencillo que costaba creerlo, parecía que no teníamos nada y lo teníamos todo.

La Mochila siguió llenándose de proyectos e ilusiones de quienes la dirigían, salvando todos los obstáculos posibles fueron creciendo con algo que es la base de todo, la confianza, siempre se piensa que se necesitan muchos medios para avanzar, es cierto, más recursos, más material, un local, se necesita mucho pero si tienes todo eso y no tienes la confianza de la gente no tienes nada, la confianza de las chicas que llevan esta mochila está fuera de toda duda pero hay la otra confianza y es la de la gente del deporte que sin pedirlo responde, la gente con memoria que sabe que en más de 25 años hemos dejado algo más que sudor en las pistas, ese reconocimiento que no se pide y que llega es el que a pasos muy pequeños nos permite seguir avanzando, esa gente cercana que nos ha escuchado tal vez porque lo que hacemos es sencillo pero pocos lo tienen.

Si alguien cree que La Mochila del Deporte es un Club de rendimiento no nos conoce,  no nos ha visto, no hay tiempo ni puesto ni meta más grande que seguir llevando y llenando la mochila, no hay meta más grande que la de alguna de éstas mujeres con situaciones personales muy complicadas enfrentándose a ellas porque se sienten bien, no hay meta más grande que la de acompañarse unas a las otras, sin quererlo se entrenan físicamente para estar mejor sí pero para sentirse mejor, para dejar en casa los problemas, para reírse de las cosas menos importantes y pelear con las que nos cuestan.

La Mochila la han llevado mujeres de más de 75 años con muchas mochilas en sus vidas, con más kilómetros que ninguna, quizá no en el asfalto pero si en la vida, mujeres con inseguridades, mujeres que han ganado salud y perdido peso, mujeres que han cambiado hábitos, mujeres que han encontrado su ratito de tiempo para sí mismas, mujeres que han descargado la tensión de muchas reuniones entre kilómetros y charlas, mujeres sí pero mujeres valientes.

La Mochila del Deporte ha llevado muchos dorsales en estos 5 años, la mayoría solidarios para aportar en carreras en las que poco supone mucho, hemos llevado dorsales por otras que no han podido correr, hemos dedicado zancadas y regalado trofeos a las que de verdad lo merecen, hemos dedicado carreras a los que ya no están, hemos puesto muchas ganas y mucho esfuerzo pero sobretodo mucho corazón en todo lo que hacemos.

La Mochila a veces la llevan mini mochileros porque llevar nuestro deporte a los niños forma parte de nuestra visión y filosofía del atletismo, creemos en la formación a través del deporte para los niños y para los adultos, creemos en la actitud positiva que enseña, trabajamos la parte física y la psicológica, colaboramos con clubes deportivos y atletas, desarrollamos sesiones específicas de técnica de carrera, ponemos nuestro granito de arena en la visibilidad del deporte para personas con diversidad funcional, entrenamientos previos a carreras, pruebas solidarias, actividades de iniciación y campus para niños y sobretodo queremos aportar más.

Parece que la niña de 7 años sigue trotando detrás de su hermana, la diferencia es que ahora La Mochila la lleva más gente, sigue pesando porque va llena de proyectos, de sueños, de trabajo, de entusiasmo, de perseverancia y sobretodo de dos cosas: confianza e ilusión

Y si en un solo momento nos has acompañado, nos has leído, aplaudido, mirado o escuchado, si has estado cuando había dudas, si has estado cuando cruzamos metas, si has apoyado sin participar o has creído en la niña de 7 años, si te has cruzado con nosotras, si nos has facilitado un proyecto, si te has reído o emocionado con nosotras, si has “estado” GRACIAS

CLUB LA MOCHILA DEL DEPORTE